martes, 22 de noviembre de 2016

Olor a diciembre



No sé por qué, pero hasta los días son distintos, decimos que hay olor a diciembre, a celebraciones navideñas,  se siente un sabor diferente,  se acercan las fechas más esperadas en casi todo el mundo, la fiesta  por el fin de año y la llegada del nuevo, aquí  existe otra razón, también celebramos el triunfo de la Revolución cubana.
Desde ahora comienzan los preparativos en los centros de trabajos, en  las instituciones gastronómicas, que hacen grandes cenas para el pueblo, y  los hogares.
Bayamo, el 31 de diciembre, huele a  cerdo asado en púa, con el sabroso casabe, el congrí, la yuca hervida roseada con mojito...,tradición que disfrutamos de nuestros antepasados.
Esperamos  las 12 de la noche, se escuchan las notas del Himno Nacional por los medios de difusión masiva, y ahí vienen los abrazos, los  anunciados deseos para el nuevo año, los viva la Revolución cubana,  muchos queman un muñeco de trapo, como símbolo del año viejo; otros tiran agua para la calle para que se vaya lo malo y les traiga algo bueno el venidero, también están los que salen con una maleta y le dan la vuelta a la manzana para que  se les dé un viajecito,… y así se forma como cierto jolgorio que al final nos deja con llantos en los ojos, por llegar hasta el nuevo año, por compartir con los que tenemos al lado, añoranzas por los que  están lejos, y los que ya se nos fueron para siempre.
Pero diciembre es un mes de meditación, de proyecciones y esperanzas, de que el nuevo año traerá  salud para todos, éxitos profesionales y en los estudios, mejoría económica, en fin, todo lo que caracteriza el pensamiento positivo de los cubanos, que nos ha permitido años tras años, a pesar del bloqueo y las carencias materiales, mantenernos entre los países con más altos índices en la educación, entre los de más baja  tasa de mortalidad infantil en el mundo, uno de los más solidarios, y que siempre luchará por la paz mundial.

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