Yorsito, Melisa, Eugenito, Alain… son niños que por su condición
de pionero custodian la urna electoral del colegio número cinco, perteneciente
a la circunscripción 178, en mi barrio La Oyá,
Bayamo, Cuba, a la cual pertenezco, por cierto está muy cerca de mi casa, desde
aquí escucho sus vocecitas cuando dicen “Votó”.
Hoy mis vecinos tienen
una razón muy fuerte para salir de sus casas a votar por quien los representará,
lo hacen convencidos de que saldrá el mejor de los dos propuestos por nuestra
zona, Ramón y Blas, los dos son excelentes cubanos pero solo se votará por uno,
el mejor y el más capaz.
Cada elector debe marcar con una cruz, en la boleta que
contiene los nombres de los candidatos a uno de los dos para que sea
válida; y es entregada por los que presiden la mesa electoral, en la mía están trabajando
de manera voluntaria, La Melli, estudiante de Sicología Médica; Elia Doris, profesora universitaria
y Julia, técnico veterinario, trabajadora. Así se conforman en Cuba las mesas
electorales.
Se oye también a Eliades Ochoa, animando el proceso, pues mi
vecino Osnelito forma parte de ese grupo y su papá Osnel acompaña las actividades del barrio con esa
música, es una gran fiesta para mi barrio el motivo de las elecciones.
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